RECORDANDO A "LA OTRA RAYA DEL TIGRE"
SINOPSIS:
La otra raya del tigre nos remonta al momento en que América era el continente que acogía el pensamiento revolucionario de una Europa que luchaba por salir del feudalismo. América no solamente abrió sus puertas sino que recibió a personajes como Humboldt, Garibaldi y Codazzi, quienes vinieron a buscar aquí lo que el viejo continente no les permitió la libertad, la democracia y un nuevo concepto de República.
La otra raya del tigre nos remonta al momento en que América era el continente que acogía el pensamiento revolucionario de una Europa que luchaba por salir del feudalismo. América no solamente abrió sus puertas sino que recibió a personajes como Humboldt, Garibaldi y Codazzi, quienes vinieron a buscar aquí lo que el viejo continente no les permitió la libertad, la democracia y un nuevo concepto de República.
La aventura de este nuevo mundo les atraía y La otra Raya
del tigre es la narración de la vida de uno de estos llamados “aventureros”,
Geo Von Lenguerke, un alemán de alta cuna que buscó el exilio, perseguido por
el Káiser, por querer instaurar la unidad de su patria. Su vida se convirtió en
leyenda en la región de Santander pues quizás vivió uno de los momentos más
convulsivos de la historia nacional, las eternas luchas entre centralismo y
federalismo.
Con las ideas de libre cambio, Lenguerke creó una
interacción comercial exportando e importando, hecho que despertó la
animadversión de nuestros artesanos, quienes se opusieron violentamente a la
traída de productos de Europa: licores exóticos, porcelanas, finas telas y
muchos otros gustos vinieron a hacer parte de los hogares santandereanos. Por
esto muchos lo admiraron mientras que otros lo odiaron. Poco a poco el
revolucionario europeo se fue convirtiendo en un señor feudal que creó su reino
en medio de lujos, mujeres y fiestas que escandalizaron a la sociedad del
momento.
Memorablemente se recuerda su delirio por traer un gran
piano que tuvo que atravesar el océano, remontar el Magdalena y recorrer
tortuosamente las escarpadas cordilleras para llegar a la sala de su castillo
europeo en mitad del trópico.
Finalmente su espalda se cansó de la inutilidad de sus
buenos obras y de él solo quedaron los caminos que construyó sobre las trochas
de los indios, además de la lucha y la aventura que le tocó vivir hasta que
América comenzó a devorarlo en la maraña de su exuberancia.